Siento la misma emoción en una sesión de coaching, que haciendo música. Es una historia humana, hay una transformación y muchísimas emociones en juego.
Es un privilegio personal poder acompañar y asistir al crecimiento de las personas y los equipos y me reporta mucho bienestar compartir la alegría y la emoción de los retos logrados.
Mi padre es coach y me encantaba lo que me contaba que hacía, me parecía que yo podía encajar como un guante y convertirme en una de esas personas que hacen lo que les gusta y se les da bien.
Uno de mis maestros me regaló esta frase: “en la música antes de entregarse hay que pertenecerse”. Como coach, creo que es importante seguir aprendiendo de uno mismo para poder acompañar al otro.
Emilio realiza como executive coach, intervenciones en procesos de coaching dentro del programa de Certificación en Coaching Ejecutivo y en diferentes proyectos con empresas.