El punto de partida para el proyecto de Sanitas Mayores liderado por Eva Fernández Aparicio, responsable de R fue la necesidad de abordar desafíos específicos que surgieron en el sector de atención a personas mayores después de la pandemia de COVID-19. Descubver los detalles del proyecto puesto en marcha por Escuela Europea de Coaching, apartir de una conversación entre Juan Luis Ayuso, director de Negocio y EEC Alumni, y la propia Eva Ferández Aparicio.
Juan Luis Ayuso, director de Negocio y EEC Alumni. ¿Cuál fue la necesidad o desafío que tenían, ya que una de las empresas de tu grupo podría considerar a la escuela como un posible socio estratégico.
Eva Ferández Aparicio, RH Sanitas. Bueno, creo que una necesidad que afectaba a todas las empresas, en ese momento, era cómo afrontar ciertos retos después de la pandemia, especialmente en el período posterior a la pandemia. En el caso de nuestra empresa de salud, tuvimos un impacto significativo, especialmente en uno de nuestros negocios, que es el de las residencias de mayores.
Aquí enfrentamos un desafío importante porque nuestros equipos habían sufrido un gran desgaste, y esto era particularmente crítico en relación con un grupo muy específico dentro de las residencias: las trabajadoras sociales. Hablo en términos mayoritariamente femeninos, ya que este colectivo es principalmente femenino.
Este grupo desempeña un papel crucial para nosotros por varias razones. En primer lugar, son el primer punto de contacto de las familias cuando desean llevar a sus seres queridos a la residencia. En muchos casos, se convierten en las personas de referencia. Además, ellas se encargan de hacer un seguimiento del bienestar de los residentes una vez que están en el centro, asegurando el cumplimiento de los protocolos y brindando apoyo a las familias. También manejan trámites con servicios sociales y administraciones, además de realizar tareas administrativas en general.
En resumen, son responsables de acompañar a las familias, llevar a cabo trámites administrativos y comerciales, y servir como punto de referencia. Por lo tanto, era crucial trabajar con ellas después de la pandemia, cuando necesitaban recuperar energía y volver a la normalidad.
JLA, EEC. ¿Cuántas personas formaban parte de este grupo y en qué partes de España estaban ubicadas?
EFA, Sanitas. Este grupo en particular está compuesto por unas 52 trabajadoras, en su mayoría mujeres. Desde el área de Recursos Humanos, invitamos a todas las integrantes del grupo a participar en el programa.
En total, tenemos 43 residencias y cuatro centros de día, con presencia en 17 provincias de España. Es un grupo bastante disperso geográficamente en España, pero trabajamos con todas ellas. En el diseño del programa, trabajamos de manera transversal, involucrando al comité de dirección del negocio y a los equipos territoriales. Desde el área de Recursos Humanos, colaboramos estrechamente con el equipo de Recursos Humanos de la unidad de mayores y el equipo corporativo para lograr nuestros objetivos.
JLA, EEC.¿Cómo lograron que se sintieran parte de la formación y los integraron en el proceso, considerando su dispersión geográfica?
EFA: Para empezar, preguntamos directamente a las trabajadoras sociales para identificar en qué debíamos trabajar. También les preguntamos sobre su disponibilidad y preferencias en cuanto al formato y horario de la formación. Queríamos que se sintieran parte del proceso y que la formación se adaptara a sus necesidades y realidades diarias. Luego, utilizamos los datos recopilados de una muestra representativa para diseñar el programa de formación. Trabajamos estrechamente con ellas en la elección de temas que fueran relevantes para su trabajo, como el manejo de emociones, la construcción de confianza y relaciones con las familias, la gestión de conflictos y la carga emocional.
El segundo paso fue el formato de la formación. Dado que tenían un horario complicado, la mayoría prefirió la formación virtual y a mediodía. Creamos un formato que incluía contenido con especialistas en las áreas mencionadas, seguido de grupos más pequeños donde podían compartir sus experiencias con compañeras que estaban enfrentando desafíos similares. Esto les permitió abordar sus propias situaciones y preocupaciones en relación con los temas tratados en el programa. En resumen, el éxito del programa se debió en parte a la elección de temas relevantes y al formato de formación adaptado a sus necesidades y horarios.
JLA, EEC. ¿Cuáles fueron los resultados que obtuvieron? ¿Qué nos dijeron ellas, cómo les fue?
EFA: En primer lugar, quiero destacar que lo que más valoraron y reconocieron fue la oportunidad de conocer a sus compañeras. Como mencioné al principio, al estar dispersas geográficamente, rara vez tenían la oportunidad de interactuar con personas que estaban en otras partes de España. En este programa, aunque fuera virtual, tuvieron la oportunidad de sentirse apoyadas, respaldadas y de compartir. Reconocieron que esta interacción les ayudó mucho y les proporcionó estrategias para abordar situaciones complejas en su día a día.
Además, destacaron la posibilidad de reflexionar sobre temas que a menudo pasan desapercibidos en la rutina diaria, lo que les permitió mejorar su enfoque emocional y gestionar mejor sus responsabilidades. También apreciaron la validación de emociones y el cambio de exigencia por excelencia. La empatía y la capacidad de no juzgar las situaciones fueron otros aspectos clave que valoraron.
Finalmente, el programa les brindó la oportunidad de reflexionar sobre el propósito de su trabajo y cómo aportan valor a la profesión, a la empresa y a las personas con las que trabajan. En resumen, se llevaron aprendizajes valiosos que les ayudaron a recuperar su vocación y afrontar mejor los desafíos después de la pandemia.
JLA, EEC. ¿Cómo lograron socializar los aprendizajes individuales y aplicar nuevas prácticas en sus entornos laborales?
EFA: Tuvimos un enfoque interesante en este aspecto. Además de las sesiones virtuales y grupos pequeños que mencioné anteriormente, decidimos organizar una sesión presencial al final del programa. Esta sesión fue una oportunidad para que todas ellas se reunieran en persona, a pesar de la dispersión geográfica. Durante esta sesión, pudieron compartir sus aprendizajes y cómo los estaban aplicando en sus centros de trabajo. Esta interacción les permitió refrescar sus conocimientos y obtener referencias concretas de lo que estaba funcionando en la práctica. Esta experiencia presencial fue un broche importante para el programa.
Además, la satisfacción de las trabajadoras sociales con el programa fue alta, con una calificación de 5 sobre 5 en la valoración global. La flexibilidad que demostraron ustedes como equipo de la escuela a lo largo del proceso también fue clave, ya que nos permitió adaptar el programa según las necesidades cambiantes y las sugerencias de las participantes.
JLA, EEC.¿Qué destacarías en relación con nuestro equipo de la Escuela como claves del éxito en este programa?
EFA: En primer lugar, la elección de trabajar con la Escuela Europea de Coaching fue acertada, especialmente debido a la orientación del programa hacia temas de gestión emocional y acompañamiento.
En cuanto a la colaboración, destacaría la flexibilidad que demostraron a lo largo del proceso. Pudimos realizar ajustes sobre la marcha y adaptarnos a las necesidades cambiantes. También aprecio mucho la creación conjunta, como el diseño del logo, que ayudó a promover el proyecto y a involucrar a las participantes. En resumen, la flexibilidad, la colaboración estrecha y la creatividad en la colaboración fueron factores clave en el éxito de este programa. Además, tenerlos como clientes fue una fuente de inspiración para nosotros.