Pablo Ramos Ortiz | EEC Alumni Protagonista | Diciembre 2025

«Seamos más conscientes de lo afortunados que somos como sociedad»
Soy una persona de 58 años, madrileño, padre. Me dediqué durante 24 años al mundo de la empresa y la consultoría, 11 de ellos como CEO. En un momento de mi vida descubrí el coaching, me enamoré de él y decidí dar un giro profesional. Desde hace 10 años me dedico al coaching de forma profesional.
¿Qué has descubierto como coach en tu trayectoria de aprendizaje?
Infinidad de cosas. El aprendizaje es constante. Si tuviera que quedarme con algo, diría que lo más fascinante ha sido descubrir la extraordinaria capacidad que tenemos cada uno de nosotros de autogestionarnos, moldearnos y convertirnos en nuestra mejor versión.
¿Cómo llegaste a la Escuela Europea de Coaching?
Estaba viviendo lo que luego llamé mi “maravillosa crisis”. Dirigía una compañía, y empecé a sentir algo que nunca había sentido: me costaba levantarme para ir a trabajar. Empecé a trabajar con un coach, y entendí que había terminado una etapa de mi vida. Una buena amiga mía, también coach, me recomendó la EEC como la mejor escuela. Le estaré eternamente agradecido.
¿Cómo defines el coaching para alguien que no lo conoce?
Es un proceso conversacional en el que los coaches ayudamos a tomar más consciencia sobre la vida, las circunstancias y los relatos de cada uno, y animamos a asumir la responsabilidad del cambio.
Antes te costaba levantarte de la cama… ¿cómo son tus mañanas ahora?
Me levanto dos horas antes. No uso despertador. Me gusta madrugar. Cada día doy gracias por haber tomado la decisión de cambiar mi vida. Trabajo mucho, sí, incluso fines de semana. Pero cuando trabajas con tanta pasión, ya no sabes si estás trabajando o disfrutando.
¿Cuál es tu pasión?
Tengo muchas: viajar, estar con gente, compartir conversaciones, la naturaleza… Me encanta conocer gente nueva y seguir descubriendo personas maravillosas.
¿Cuál ha sido tu mayor reto?
Dejar una posición como CEO, con un buen sueldo, coche de empresa, bonus… y cambiar de profesión a los 47 o 48 años. Fue un reto brutal.
¿Y tu mayor logro?
Poder dedicarme al coaching desde entonces, casi 11 años después. Haber visualizado algo y lograrlo. Me sorprende, pero lo conseguí.
¿Qué ha habido entre esa visualización y el resultado?
Muchísimo trabajo, estudio, lectura, formación constante. Esta es una profesión que exige estar muy atento, no confiarte, formarte y aprender continuamente.
¿Qué habilidades ya traías contigo antes de formarte como coach?
Siempre he tenido facilidad para conectar con la gente y leer al otro. También la capacidad de escucha, saber comunicarme. Soy lector empedernido desde los 10 años. Me apasiona aprender, y todo eso me ha ayudado mucho.
¿Qué le dirías a alguien que está valorando formarse como coach?
Que lo haga. Independientemente de si quiere ejercer o no, la formación ya le va a valer. Te cambia la mirada, te permite escucharte y mirar el mundo desde otro lugar. Es útil para la vida en general.
¿Dónde has notado más impacto en tu vida gracias al coaching?
He ganado mucha paz interior y madurez. Me ha cambiado la mirada hacia los demás. Ahora entiendo mejor a las personas, tengo más paciencia. Me fijo en cosas que antes no veía. Eso me ha hecho descubrir gente maravillosa.
¿Cómo cargas las pilas?
En el campo. Me encanta hacer senderismo. En mitad de un bosque es donde más energía recargo. También me nutre estar bien rodeado, con gente que transmite buena vibración.
¿Qué necesitas para ser feliz?
Ya me considero una persona feliz. No significa que no tenga altibajos, pero estoy atento para mantenerme ahí y no dar un paso atrás.
Completa la frase: Nunca pensé que...
Nunca pensé que podría ser coach. Lo descubrí estando ya en la Escuela Europea de Coaching.
Y ahora completa: Deseo que…
Deseo que bajemos un poco la crispación. Que seamos más conscientes de lo afortunados que somos como sociedad. Que no tengamos que perder lo que tenemos para valorarlo.
¿Cómo colaboras tú con ese deseo?
Intento sembrar pequeñas semillas en mis formaciones y sesiones. Invito a cambiar la mirada, a dejar la queja. Si consigo que 20, 50 o 60 personas al año se lleven algo de eso, me doy por satisfecho.
¿Dónde te gustaría estar en 5 años?
Haciendo lo que hago ahora, con la misma energía. No pienso en la jubilación. Quiero seguir disfrutando de lo que hago.
¿Cómo cierras este 2025 y qué esperas de 2026?
El 2025 ha sido un gran año. Recibo el 2026 con ilusión e incertidumbre. He aprendido a convivir con la incertidumbre, a confiar en la vida. Lo que venga, lo recibiré con cariño.
¿Qué libro estás leyendo ahora?
“El director”, de David Jiménez. Me lo recomendó un amigo. Habla de la transformación del periodismo desde dentro, y me está encantando.
¿Qué libro de coaching recomiendas?
«Ontología del lenguaje», de Rafael Echeverría. Lo he leído varias veces. Me parece una obra impresionante para quienes ya están dentro del mundo del coaching.
¿Cuál es tu canción del momento?
“Que se entere Madrid”, de Vanesa Martín. Tiene fuerza, alegría, habla de amor. La pongo por la mañana y me llena de energía.
Otros Testimonios

«El coaching va a ser ahora una parte importante de mi profesión»

