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Patxi Rocha, nuevo coach MCC en Escuela Europea de Coaching

La International Coach Federation (ICF) ha otorgado esta semana la distinción de Master Certified Coach (MCC) a Patxi Rocha, experimentado coach de Escuela Europea de Coaching. Un logro que subraya su amplia trayectoria, que incluye más de 2.500 horas de coaching y constata su compromiso con la calidad y la profundidad en la práctica del coaching. 

Patxi Rocha se une a un selecto grupo, al convertirse en el sexto coach dentro de Escuela Europea de Coaching en España, y uno de los ocho a nivel mundia en EEC, en ser acreditado como MCC.

Este notable logro no solo refleja su excepcional dedicación y habilidad en el campo del coaching, sino que también destaca el compromiso de la EEC con la excelencia y el desarrollo profesional de sus coaches, promoviendo estándares de calidad y ética en la práctica del coaching a nivel global.

¿Cómo te sientes hoy? ¿Qué supone para ti ser MCC?

Supone satisfacción y agradecimiento. Agradecimiento ya que solamente gracias a mis clientes y a las empresas que he tenido la suerte de acompañar a lo largo de estos años he podido conseguir este grado MCC. El cliente te enseña todo sobre ti. Es la consecuencia lógica de un camino, yo diría que un alto en el camino, porque el peor mal de un coach es la autocomplacencia.

Diría que es como cuando en el mundo del deporte, un equipo, un deportista gana una competición pero lo más importante es que al día siguiente hay que ir a entrenar para ser siempre el recurso más afinado para tus clientes.

¿Qué destacarías del camino hasta llegar a ser MCC?

Destacaría el compromiso que supone hacer que esta profesión tenga unos estándares de calidad comunes. Creo que es trabajo de todos, frente a los paracaidistas que con la etiqueta de coaches hacen más mal que bien, tener unos criterios de calidad y un código ético ayuda a que el intrusismo y la mala praxis queden fuera de este ámbito.

¿Qué ha sido lo más difícil en tu carrera como coach? ¿Lo más bonito, lo mejor?

Más que difícil yo hablaría de la disciplina de mantener la tensión serena necesaria para ser de ayuda o ser un catalizador para mis clientes, pero no hablaría de dificultad. Lo más bonito, lo mejor ser un recurso para ayudar a que equipos y personas a través de tu intervención sean más eficientes o más felices.

Ese reporte casi inmediato de estas experiencias es lo más gratificante, saber -porque así te lo manifiestan- que tu acompañamiento ha ayudado a propiciar cambios vitales u organizacionales.

¿Qué sabes ahora como MCC que no sabías antes? ¿Qué te permite el MCC?

Yo diría que el proceso de certificación MCC permite desterrar vicios o pilotos automáticos que todos como coaches vamos generando. Presentarte a la certificación MCC te obliga a poner en el centro del proceso al cliente, a dejar tu ego, a ser curioso e irreprochable en el tratamiento de la información.

Sin olvidar que coaching es acción y que seguramente el éxito del coaching tiene que ver con que es una reflexión para la acción, ser MCC es como actualizar a la última versión tu sistema operativo, no dormirte en los laureles y estar comprometido con estar continuamente examinando tu praxis como coach.

¿Para qué coaching hoy?

Diría que la percepción sobre nuestro cuidado psicológico y nuestro bienestar emocional ha cambiado. Teníamos ya desarrollada esta idea preventiva sobre la salud física: nos hacemos un chequeo médico anual, acudimos al oftalmólogo, al ginecólogo, al dentista de manera preventiva, antes de estar enfermo. Nos alimentamos de manera sana, hacemos ejercicio.

Hoy en día, también estamos incorporando esta preocupación por nuestro bienestar emocional y psicológico, porque entendemos que adquirir hábitos emocionales y competencias relacionales nos puede permitir trabajar en las organizaciones de manera más sana y en nuestra vida personal ser más felices.

Y el coaching, con su enfoque y metodología, ajusta perfectamente con esta inquietud porque da todo el protagonismo al cliente para que este pueda reflexionar, mirarse, cambiar su mirada sobre su realidad, y lo que es lo más importante pasa la acción de una manera mucho más efectiva.

¿Qué te gustaría dejar como legado?

La palabra legado me suena un poco trascendente... El feedback o el reporte que tenemos de clientes y equipos sobre cómo nuestra intervención o acompañamiento les ha ayudado a alinear valores y deseos a sus acciones es más que suficiente. Es poderoso encontrarte con un cliente años después que te dice que lo que trabajó contigo le ha ayudado a ser más feliz, a cambiar, a mejorar.

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