Las buenas conversaciones, genuinas y honestas, en todas sus formas y situaciones: comenzando el día con un buen café, paseando por el campo o por la playa, rodeada de amigos con una comida y un buen vino, repasando la jornada con mis hijos durante la cena, y escuchando las aspiraciones, ilusiones y desafíos de grandes profesionales que trabajan día a día dejándose la piel para cumplir sus objetivos,... siempre y cuando no haya que mirar mucho el reloj...
Porque me gusta trabajar en proyectos innovadores con grandes y pequeñas empresas que promueven el crecimiento y el emprendimiento, y eso requiere de equipos cohesionados, apasionados, y sin límites para dar lo mejor de sí mismos. El coaching ejecutivo y de equipos me parece una de las herramientas más eficaces para impulsar la transformación de las personas y organizaciones.
Empecé a practicar casi sin darme cuenta durante mi experiencia previa como manager corporativo, etapa en la que me gustaba dedicarle tiempo a las conversaciones de desarrollo con las personas del equipo. En una evaluación 360 una de ellas me escribió un comentario: "Mónica, deberías animarte a explorar tu potencial como coach"...y al poco tiempo alguien me recomendó la Escuela Europea de Coaching... Siempre estaré agradecida a estas dos personas.
Durante los últimos años me ha inspirado mucho esta frase "coraje no es ausencia de miedo, sino mantener el paso firme", en ello estamos...