En relación al objetivo anual que te puedas estar marcando para 2017, hay una concepto esencial que no siempre se tiene en cuenta: el de la responsabilidad.
Para empezar, si vas a hacer una lista con cosas que quieres conseguir a lo largo del año, piensa que tienen que depender mayoritariamente de ti mismo (es decir, valora el concepto responsabilidad 100%), piensa qué cosas estás dispuesto a hacer, a cambiar, cuánto quieres invertir, arriesgar en conseguirlo, es decir, valora tu propio compromiso. Por ejemplo, típica lista: ir al gimnasio, aprender inglés, dejar de fumar.
Ahora pregúntate, ¿qué puedo hacer yo para conseguirlo? Está claro que escribir un objetivo anual en un papel no basta.
Para cada uno de ellos, pregúntate y reflexiona:
- ¿Cómo te vas a sentir cuando lo consigas?
- ¿Qué pasará después, que te va a permitir alcanzar el objetivo?
- ¿A qué tienes que renunciar para ponerlo en marcha?
- ¿Qué necesitas logísticamente?
- ¿Quién te puede ayudar?
- ¿Con qué recursos sí cuentas?
- Del 1 al 10, ¿cómo te sientes de comprometido?
Repasa tus respuestas, valora, pon una balanza y mira qué probabilidades tienes de éxito. A veces ser demasiado ambiciosos nos deja, cuando no hemos conseguido el objetivo, la autoestima por los suelos.
Sé realista, ajusta tu objetivo a tu vida, y no al revés, no ajustes tu vida al objetivo. Así, seguro que lo consigues.