POR PATXI ROCHA DEL CURA, COACH MCC.
El estrés, especialmente en contextos extremos como el desastre ocurrido en Valencia tras el paso de la Dana, puede activar respuestas fisiológicas y emocionales que pueden convertirse en un estado crónico si no se gestionan. Identificar síntomas como la hiperactivación del sistema nervioso simpático, la desregulación emocional o los sesgos cognitivos hacia amenazas es clave para abordar su impacto de forma efectiva. En este contexto y para la gestión del estrés, el coaching ofrece un enfoque metodológico y adaptable.
1. Comprendiendo el estrés post-desastre:
¿Cuáles son las fuentes más comunes de estrés tras un desastre como el sufrido en Valencia?
Tras un desastre natural, las fuentes comunes de estrés y ansiedad incluyen:
- Pérdida de seres queridos, que genera duelo y un profundo impacto emocional.
- Daños materiales y la incertidumbre sobre la reconstrucción o recuperación económica.
- Interrupción de la rutina diaria, como la pérdida de empleo, vivienda o acceso a servicios básicos.
- Exposición a escenas traumáticas, como heridas, destrucción o caos.
- Sensación de vulnerabilidad ante posibles futuros desastres, que alimenta el miedo constante.
- Sobrecarga emocional y física por el estrés de tomar decisiones rápidas bajo presión.
A esto se suma el impacto físico del cansancio extremo y la necesidad de mantenerse alerta, que desgasta aún más. Finalmente, quienes han vivido el desastre pueden desarrollar una sensación de culpa por haber sobrevivido, conocida como «culpa del superviviente», lo que añade una carga emocional importante.
Estas fuentes generan respuestas psicológicas como ansiedad, insomnio y depresión, que pueden persistir a largo plazo si no se aborda el trauma.
2. Señales de estrés elevado
¿Cómo puede alguien reconocer cuando su estrés o ansiedad están alcanzando niveles difíciles de manejar?
El estrés elevado puede reconocerse por señales claras tanto físicas como emocionales. En el cuerpo, se manifiesta con síntomas como tensión muscular constante, dolores de cabeza, problemas digestivos o insomnio. Emocionalmente, aparecen irritabilidad, tristeza o un sentimiento de estar abrumado.
También es común tener dificultad para concentrarse, olvidos frecuentes y una sensación de inquietud constante. Otras señales incluyen aislarse de los demás, perder interés en actividades que antes disfrutabas o sentir que las preocupaciones son incontrolables.
Desde una perspectiva más técnica, el estrés elevado puede incluir hiperactivación del sistema nervioso simpático, lo que provoca una respuesta de lucha o huida sostenida. Esto se traduce en una elevación crónica de cortisol y adrenalina, que impacta negativamente en el sistema inmunológico y cardiovascular.
A nivel cognitivo, surgen problemas como sesgos atencionales hacia amenazas y dificultad para regular las emociones. A nivel de comportamiento, se puede observar una mayor evitación de situaciones estresantes, que refuerza el ciclo de ansiedad. Además, el estrés prolongado puede llevar a desregulación emocional, aumentando el riesgo de desarrollar trastornos como ansiedad generalizada o depresión.
3. Estrategias para la gestión del estrés
¿Qué estrategias o prácticas específicas pueden sugerir los coaches para reducir el estrés y la ansiedad?
Existen estrategias prácticas para la gestión del estrés y la ansiedad que ayudan a calmar el sistema nervioso en momentos de tensión. Establecer rutinas diarias que incluyan ejercicio físico, pues libera endorfinas que mejoran el estado de ánimo. La práctica de mindfulness o meditación guiada es clave para mantenerse en el presente y reducir pensamientos ansiosos.
Definir prioridades y delegar tareas puede aliviar la sensación de sobrecarga. Además, fomentar conexiones sociales positivas ayuda a crear un sistema de apoyo emocional. También, la gestión del estrés pasa por monitorear los propios pensamientos para evitar patrones negativos y adoptar una perspectiva más realista y constructiva.
Añadido a lo anterior, cambiar el entorno físico temporalmente, si es posible, y reconfigurar un espacio personal para generar una sensación de control. Incorporar micro-pausas activas durante el día, puede reducir el estrés acumulado. Practicar la escritura reflexiva, anotando preocupaciones y posibles soluciones, ayuda a liberar la mente.
4. El Rol del coach en el alivio del estrés
¿Cómo puede el coaching brindar un espacio para procesar el estrés? ¿Qué métodos son especialmente efectivos?
El coaching puede ser disruptivo en el alivio del estrés al ofrecer un espacio que no busca soluciones, sino que desafía las creencias que alimentan el estrés. Un método efectivo es la reformulación de la narrativa personal, donde el coach ayuda al cliente a ver la situación desde perspectivas inesperadas, rompiendo ciclos de pensamiento negativo. El coach actúa como un espejo neutral que revela puntos ciegos sin juicio, impulsando una autoexploración liberadora y renovadora.
5. Sobre el autor Patxi Rocha del Cura.
Mi experiencia acompañando en situaciones de estrés tiene varios planos. En general, acompañando a personas sobrepasadas por su trabajo, con estrés postraumático, personas con perfil perfeccionista o que están pasando por duelos:
- en consulta como terapeuta o sesión individual como coach
- en talleres para empresa
- estudios y diagnósticos de estrés
- facilitando ponencias para grandes grupos