Una metáfora para transitar por esta pandemia. El viaje del héroe (parte II
Continuamos viajando en el héroe y la heroina que somos cada uno. Para leer desde el comienzo, aquí.
Cuarta etapa del viaje del héroe: El encuentro con los mentores, lo ángeles o lo guardianes
El héroe ha decidido cruzar el umbral. Comprometido con su ideal, emprende un camino en el que le espera la incertidumbre, y ese es el momento en el que se siente más vulnerable. Y es también en este momento cuando aparecen “los ángeles, los mentores o los guardianes”.
Volviendo a la literatura o las historias del cine… Sancho Panza en Don Quijote, Pumba y Timón en el Rey León, el Sombrerero en Alicia en el País de las Maravillas, Trinity en Matrix… son ejemplo de “ángeles”, “guardianes” o “mentores” que acompañan al protagonista en su viaje heroico.
Los guardianes son aquellas personas que van a estar cerca de nosotros para acompañarnos en nuestro camino. No harán el viaje por nosotros, pero nos brindarán el apoyo necesario para que podamos alcanzar nuestro ideal.
Estarán ahí para recordarnos quiénes somos, para alentarnos y ayudarnos a ver posibilidades tanto en la situación como en nosotros mismos.
También pueden ser personas que tienen conocimientos o herramientas que nos pueden servir y de las que podemos aprender. Muchas veces no nos damos cuenta de que estas personas están en nuestra vida, y este es el momento de ponerlas en valor, o de buscarlas si no han aparecido todavía, o de recuperarlas si las habíamos perdido. Es el momento de identificar bien en quién nos vamos a apoyar.
Hay una frase que me gusta mucho, que dice: “Tenía mucho miedo porque pensaba que solo contaba con mis propias fuerzas”. Cuando nos damos cuenta de que hay otras personas cerca que nos van a apoyar y de las que podemos aprender, el miedo que sentimos se reduce y crece la confianza. Para esto, es necesario también que reconozcamos nuestra propia vulnerabilidad, que nos podamos abrir a recibir ayuda y aprender de otros.
Algunas preguntas que nos podemos hacer en esta etapa… ¿Quiénes van a recordarme quién soy? ¿Qué personas tienen herramientas o conocimientos de los que pueda aprender? ¿Quiénes pueden recordarme que el viaje es posible y ofrecerme apoyo cuando más lo necesite?
¿Quiénes son tus guardianes? ¿Te mantienes conectado en este momento para que puedan darte apoyo y aliento? ¿pides ayuda? ¿la aceptas?
Quinta etapa: Afrontar a los demonios y las sombras
Hemos traspasado el umbral y tenemos a nuestros ángeles o guardianes… Ha llegado el momento de afrontar los demonios y las sombras. De pronto, nos vamos a enfrentar al dragón.
En la metáfora de Campbell, los demonios son las entidades que nos impiden conseguir la meta en el camino. Los obstáculos que encontramos para alcanzar el ideal.
Uno de los principales retos del viaje del héroe es aprender a lidiar con estos “demonios”. Como en la película de dibujos animados “Cómo entrenar a tu dragón”, no se trata de eliminarlos, sino de transformar la manera en que nos relacionamos con ellos. Los demonios nos enfrentan a nuestros grandes miedos. Y quizás no vamos a eliminar el miedo… pero sí podemos entrenarlo para, aún con miedo, hacer lo que necesitemos hacer para alcanzar nuestras metas.
En esta situación de pandemia, por ejemplo, aparece el miedo a perder la salud o que la pierda nuestra familia, el miedo a cómo va a afectar a nuestro trabajo… Muchos de nuestros demonios pueden ponerse ahora de manifiesto.
Nuestra “transformación del héroe” tiene mucho que ver con cómo nos relacionamos con aquello a lo que tememos, porque los demonios son demonios por cómo los estoy mirando. Este es el momento de clímax de nuestra narración, cuando aparece el reto más grande: lidiar con el miedo, con la ira, con la frustración e ir incorporando los recursos que me permiten hacerlo de una manera nueva, y darle sentido a lo que está pasando en nuestra vida.
Para lidiar con el miedo es necesario mirarlo de frente y ponerle nombre ¿Cuáles son ahora tus miedos? ¿Qué te están diciendo de ti?
De alguna, manera los demonios nos están trayendo un espejo, que nos pone delante nuestras propias sombras: este es el punto de partida del proceso de transformación.
Sexta etapa: Desarrollar el ser interno y los propios recursos
El aprendizaje, por tanto, tiene que ver con un juego interior, con un diálogo interior. Se trata de identificar mis propias creencias y transformarlas para que mi juego interior me ayude a lidiar con esos fantasmas y dragones.
En el viaje del héroe necesariamente tenemos que estar dispuestos a desprendernos de quiénes éramos. Ese “mundo ordinario” en el que habitábamos tiene mucho que ver con quién estábamos siendo: lo que creíamos sobre el mundo, los aprendizajes adquiridos a lo largo de la vida, los sueños que teníamos, las cosas que pensábamos sobre el futuro… La llamada pone en cuestión muchas de estas cosas, y tengo que estar dispuesto a transformarme para adquirir las nuevas herramientas que necesito.
Como dice Robert Dilts, el cultivo del juego interior sería algo parecido a desarrollar un yo interno diferente, una inteligencia intuitiva que conecta la mente consciente con una conciencia mayor que nos permite tener más confianza, una comprensión más profunda, una conciencia más sutil y una mayor capacidad a muchos niveles.
Séptima etapa: El proceso de transformación.
En nuestro particular viaje, como Ulises en la Odisea, vamos a tener que ir salvando y superando varias pruebas. Hacerlo requiere mucho esfuerzo y dedicación. Aquí se va a poner a prueba nuestro compromiso con nosotros mismos y con nuestra meta.
El aprendizaje consiste en generar los recursos necesarios para afrontar esas pruebas. Aparecen contratiempos, desánimo y momentos en los que pensamos que lo mejor sería rendirse… pero todo esto forma parte del camino, y nos impulsa también a crear nuevas maneras de afrontar lo que nos está pasando. Y cuando creas algo nuevo dentro de ti, lo creas nuevo también para el mundo.
La pregunta que yo me haría en esta fase es
¿Con qué emoción quieres afrontar esta transformación?, ¿estás dispuesto a soltar?, ¿estás dispuesto de verdad a cambiar tú?
Si estamos dispuestos, con todos los aprendizajes, habremos llegado a la última etapa.
Octava etapa: La vuelta a casa.
Hemos superados las pruebas, hemos aprendido, hemos logrado esa transformación que nos ha permitido alcanzar nuestro ideal… y llega el momento de “volver a casa”. Si recordamos, como ejemplo, la película del Señor de los Anillos, la vuelta a casa sería el momento en que Frodo vuelve a la Comarca, con todo lo que ha ido aprendido en su viaje hasta lograr destruir el anillo.
Vamos a volver transformados, pero el objetivo no es solamente transformarme yo de manera individual, sino de algún modo volver a mi entorno y poner todo ese aprendizaje al servicio de la comunidad.
Seguramente al leer estas líneas has identificado en tu propia vida uno o varios viajes del héroe, aquellos momentos vitales en que superaste grandes retos y viviste un proceso de transformación importante. Y seguramente también puedas recordar cómo aquella transformación llevó consigo que se generara algo diferente a tu alrededor, en tu familia, en tu trabajo… Que nuestro aprendizaje transforme y beneficie a nuestro entorno es algo que también le da sentido al viaje del héroe.
Y para terminar este resumen me gustaría dejar una última pregunta: