Servir: de Luther King al coaching ejecutivo
Cada año, el tercer lunes de enero se conmemora en Estados Unidos el Día de Martin Luther King, un día de fiesta que rinde homenaje al legado de King e invita a los ciudadanos a participar en servicios de voluntariado en sus comunidades. Es un día activo, no de descanso, en honor al compromiso de King para mejorar las vidas de los demás.
Martin Luther King ocupa un lugar en la historia como activista que luchó por los derechos civiles de los afroamericanos. Considerado un filósofo de la no violencia, su compromiso obtuvo grandes victorias en el camino de la igualdad y la emancipación racial. El 1964 recibió el Premio Nobel de la Paz.
Para este post tomamos una de sus propuestas, que sigue vigente en estos convulsos tiempos del siglo XXI,
— alcanzar la plenitud
— el sentido a nuestras vidas mediante los actos de servicio.
¿Qué significa estar al servicio... en la práctica del coaching? …como líderes?
En palabras del Dr. Luther King, estar al servicio no requiere grandes conocimientos, no es necesario «ser un sabio», tal solo —y nada menos— necesitamos «un corazón lleno de gracia y un alma movida por el amor».
La profesión de coach guarda un alma al servicio de las personas, los equipos y las organizaciones, desde las premisas de no juzgar, respetar el espacio y la grandeza del cliente, y acompañarle para que consiga sus retos. En este sentido, también un líder-coach está al servicio de las personas que lidera, da poder a su gente y cree en ellos.
Prácticas del coach «al servicio»
- Escuchar con generosidad y empatía.
- Preguntar desde la curiosidad.
- Renunciar a saber y a solucionar.
- Creer que nuestro cliente sabe lo que necesita.
- Dar espacio a la capacidad de acción del cliente.
Prácticas del 'líder–coach' «al servicio»
- Cuida a las personas.
- Conversa y escucha sus necesidades.
- Aplica la amabilidad en sus relaciones diarias.
- Genera un ambiente de confianza.
- Realiza peticiones y se ofrece.
- Cree que las personas tienen derecho a un espacio de autonomía en su actuación diaria.
¿Qué podemos hacer para facilitar el aprendizaje o un cambio de rumbo?
Me gustaría finalizar esta reflexión con unos apuntes y preguntas que espero te permitan reconocer cómo ponerte al servicio al tiempo que logras bienestar para ti y tu comunidad. ¿Te animas a contestártelas?
- ¿Al servicio de qué interés, motivación, valor, persona, hago lo que hago?
- ¿Conozco las necesidades de las personas con las que trabajo/me relaciono?
- En esta relación, ¿están más presentes mis necesidades que las del otro?
- Si doy por reales las necesidades del otro sin conversarlas, ¿qué oportunidad estoy perdiendo?
«El fruto del servicio es la paz», Aristóteles
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