Conversaciones pendientes: el dilema de hablar o callar
Las conversaciones pendientes son esas charlas que sentimos que queremos tener pero que, por una razón u otra, posponemos. Tener la sensación de que nos queda algo por decir o por aclarar nos coloca, en ocasiones, ante una encrucijada, la de poner el tema de forma abierta encima de la mesa o la de esconderlo debajo del mantel.
A menudo, el dilema surge de un miedo subyacente al conflicto o al resultado de la conversación. Aquí es donde entra en juego el papel del coach ejecutivo, que puede ayudar a despejar estas emociones no tan evidentes para el protagonistas del conflicto.
A una conversación de distancia
Partiendo de la premisa de que estamos a una conversación de la solución, para los coaches las conversaciones pendientes son oportunidades disfrazadas de retos, ya que con empatía, responsabilidad y comunicación consciente, estas situaciones pueden transformarse en experiencias enriquecedoras.
Empatía y conflicto
El papel del coach es crucial para guiar hacia una mejor empatía y gestión de emociones en situaciones de conflicto. Un proceso que comienza con el reconocimiento y la comprensión de las propias emociones: si se siente enfado, el coach ayuda a identificar la necesidad insatisfecha detrás de este sentimiento y a explorar maneras de satisfacerla.
— El coach fomenta la conexión con los sentimientos y necesidades de los demás antes de expresar acuerdo o desacuerdo, lo cual permite comprender mejor sus perspectivas.
Reacción vs. Respuesta Elegida
Otra de las claves para abordar conversaciones pendientes es distinguir entre reacción y respuesta elegida (acción). Reaccionar es a menudo algo que realizamos de manera automática, un impulso no pensado, y que puede llevar a resultados poco constructivos. En cambio, una respuesta elegida es deliberada, reflexiva y está alineada con nuestros valores y objetivos a largo plazo.
— Un coach puede facilitar este discernimiento, ayudando a los clientes a identificar sus patrones de reacción, a transformar la impulsividad y la evitación en competencias y a desarrollar la capacidad de responder de manera más consciente para manejar conversaciones significativas y productivas.
El feedback: opinión y regalo
El concepto del feedback es otro elemento crítico en las conversaciones pendientes. Puede ser un desafío dar y recibir feedback, especialmente si se percibe como crítica. Sin embargo, visto desde otra perspectiva, la del coaching, cuando alguien te comparte su punto de vista, su opinión, es decir, cuando te da feedback, este mensaje puede ser visto como un regalo que nos permite crecer y mejorar.
— Un coach ejecutivo puede enseñar a sus clientes a entregar feedback de manera que sea recibido como una contribución valiosa, y a aceptarlo como una oportunidad para el desarrollo también. El coach ayuda a distinguir entre lo que es de uno y lo que no, es decir, entre los pensamientos, las emociones, las acciones y las interpretaciones de uno mismo frente a lo que piensa, interpreta, siente y hace otra persona.
Las preguntas de un coach
En una sesión de coaching ejecutivo se genera el espacio para la reflexión necesaria que permite, en este caso, disginguir el para qué de poner un conflicto encima de la mesa (o no), el coste beneficio y también desde dónde se hace: si desde el enfado, la necesidad de equilibrar un "mal" anterior o solo para compartir el sentimiento propio y así "limpiar" la relación con el otro,es decir, para acercarme al otro, desde mi vulnerabilidad.
Cinco preguntas limpias, abiertas y sin juicio que un coach ejecutivo podría compartir
- ¿Cuál es el valor de compartir tu perspectiva en esta situación?
- ¿Qué parte de ti necesita ser escuchada en esta conversación?
- ¿Cómo te sentirías si la conversación ya hubiera sucedido y hubiera sido exitosa?
- ¿Cómo podría cambiar tu relación si eliges tener (o no tener) esta conversación?
- ¿Qué podrías aprender de esta conversación, independientemente del resultado?
El coaching, el arte de vivir en la pregunta
El coaching no da respuestas sino que invita a los protagonistas a reflexionar. Estas preguntas son un ejemplo de esa invitación ya que pueden dar mayor perspectiva y, de hecho, conectan con una de las esencias del coaching: la autenticidad de la persona. Pues, en definitiva, el objetivo del coach no es ninguna de las dos opciones al dilema (hablar o callar), sino que lo que decida hacer el cliente sea en libertad, de forma consciente, desde la responsabilidad y el bienestar y en línea con sus valores.
Comparte en: