Confianza y amor para la posibilidad y otras cinco emociones que me hacen más persona
Durante los últimos meses he sentido con más frecuencia de lo que me convenía un extraño cóctel de emociones. Digo extraño por lo poco habitual en mí, así, mezclados de esta forma... aunque no creo que sea muy diferente a otras personas, o quizás de la humanidad entera.
La receta de mi cóctel emocional ha incluído:
- Miedo al contacto, al contagio, a la enfermedad, a la muerte.
- Amor y conexión intensa con las personas de mi día a día más personal.
- Enfado y rabia ante amenazas y riesgos que no depende de mí resolver.
- Tristeza por la pérdida y la separación de seres muy queridos.
- Confianza por la compañía, el apoyo y el consuelo (¡Cuánto me gusta el consuelo! «Descanso y alivio de la pena,molestia o fatiga que aflige y oprime el ánimo».)
En todo momento en que lo necesité y lo pedí, tuve un abrazo, una sonrisa, escucha... Y de todo lo que un ser humano puede dar desde el amor.
Cuando lleguen tiempos mejores, que llegarán, debemos invertir de forma comprometida y responsable en crear más bonanza, en dar bienestar, para tener un pequeño superávit para los momentos difíciles.
Me ha ocurrido que estos meses de pandemia han dado mucha luz a relaciones aparentemente almacenadas en la habitación de los «conocidos o colegas«, de la misma forma que se han puesto a la sombra otras personas que estaban en mi lista de los «más que conocidos».
Quizás, en los grandes dramas (otra gran palabra) se colocan en otro sitio las relaciones, ¿o es que siempre estuvieron ahí (donde sea, la luz o la sombra) y no lo vimos?
Nuevos aprendizajes y reflexiones emocionales en mi bolsito de mano:
- El amor es la emoción de base para la conexión. Si sólo doy o recibo con los cercanos, no tendré más que a los cercanos.
- En la conversación está la puerta a la posibilidad de emociones que nos permitimos poco (escucho a personas hablando de emociones «negativas», ¡Ay, qué buenos encuentros he tenido compartiendo rabia, tristeza, asco, ira!
- Mis emociones para la posibilidad están siendo la confianza y el amor.
Cinco emociones variadas y mezcladas que me hacen más persona
1. — He aprendido a disfrutar del estar, de la pereza, de la acción de no hacer.
2. — He dado una intención más positiva a mi queja, le he concedido el privilegio de avisarme de la necesidad de conversar, en lugar de ponerla en mi cara de mal rollo.
3. — He quitado el título de «adivinos de mis emociones» a mis hijos y a mi pareja. Lo que no se conversa, siento que no existe, y menos aún puedo exigir empatía sólo porque "me conocen".
4. — Agradezco seguir en pie. Y doy especialmente las gracias a mis maestros emocionales: la enfermedad, el aislamiento, la distancia.
5. — La vergüenza a que otros me vean débil, blandita... (o lo que sea, porque el mundo de los juicios de cada uno es libre y loco) es la última emoción para la posibilidad, y va de la mano de mi gran amiga la vulnerabilidad.
Y para ti, ¿cómo ha sido tu cóctel? ¿Qué emociones y qué relaciones has redescubierto? ¿Qué oportunidades has encontrado?
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