BLOG

¿Cómo mejorar la autoestima con coaching?

"Te juzgarás a ti mismo", le respondió el Rey. "Es lo más difícil. Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio. De 'El principito', Antoine de Saint-Exupéry  

La autoestima se define comúnmente como el sentimiento de aceptación y aprecio hacia uno mismo, que va unido al sentimiento de competencia y valía personal. Es la valoración que hacemos de nosotros mismos sobre la base de las sensaciones y experiencias que hemos ido incorporando a lo largo de la vida y de esto dependen en gran parte el desarrollo de nuestro potencial y nuestros logros.

Por Mar Carrascosa.

Otra definición es la del psicoterapeuta Nathaniel Branden, que me gusta especialmente porque amplía la simple idea de sentirse bien con uno mismo  y conecta con varias distinciones que trabajamos los coaches: "Autoestima es confiar en nuestra habilidad para pensar, confiar en nuestra habilidad para enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida y confiar en nuestro derecho a tener éxito y ser feliz. Sentirse digno, merecedor, con derecho a expresar nuestras necesidades y deseos, alcanzar nuestros valores y disfrutar de los frutos del esfuerzo".  

Se trata de ampliar nuestra capacidad de ser feliz.

Por tanto, desarrollar la autoestima es desarrollar la convicción o creencia de que soy competente para vivir y digno de ser feliz, y equivale a enfrentar la vida con mayor confianza y optimismo, lo que nos ayuda a alcanzar nuestras metas y experimentar la plenitud. Se trata de ampliar nuestra capacidad de ser feliz.

Es algo con lo que nos encontramos frecuentemente como objetivo o declaración de nuestros clientes de coaching: "me gustaría sentirme bien conmigo mismo, me gustaría expresar lo que siento, quiero ser más feliz" . Como coaches, ¿por dónde empezamos?, ¿qué indicadores tenemos para mirar si esta persona tiene una buena autoestima?

Podemos resumir que una persona con autoestima siente paz interior y se expresa acorde con esta emoción, es capaz de establecer metas profesionales y personales y las alcanza, entabla relaciones armoniosas y equilibradas, desarrolla la amistad, se expresa creativamente, acepta todos los sentimientos y emociones como valiosos, es tolerante y comprensivo, habla y se comporta con optimismo, etc.

Negatividad y egocentrismo

Las personas con baja autoestima se anticipan a resultados negativos, proponen objetivos no realistas, establecen relaciones competitivas, tienden a compararse con los demás todo el tiempo, acusan a los otros de lo que le pasa, no dicen lo que sienten, hacen que los demás se sientan culpables, su lenguaje y manera de actuar es pesimista.

Otro indicador de baja autoestima (aunque parezca lo contrario) es el egocentrismo: estas personas se compensan emocionalmente, mostrándose orgullosas y soberbias. Se escuchan poco, niegan sus propias necesidades, no piden ayuda, pero son los primeros en ofrecerla, y se ven legitimados para tener la verdad absoluta y dar consejos sin que se los pidan. Y, por tanto, proyectan esa imagen de arrogancia, de ser perfectos y todopoderosos. 

Una vez que hemos observado algunos indicadores que apuntan a esta baja autoestima, ¿qué podemos hacer?

¿Cómo trabajamos con nuestros clientes de coaching?

Sabemos que actuamos en función de nuestros juicios y creencias, generando en el interior de nuestro ser una manera de actuar y de interpretar. Y también sabemos que para cambiar una creencia, debemos practicar. Alguna de estas prácticas repetitivas para poder cambiar creencias: Vivir conscientemente  Asumir la responsabilidad al 100%. La autoafirmación. Vivir con propósito. La integridad personal. La Compasión hacia uno mismo. 

1. La práctica de vivir conscientemente

Es respetar la realidad sin evadirse o negarla, estar presente en lo que hacemos mientras lo hacemos. También tomar consciencia de los logros o éxitos, observar lo bueno que tuvimos en el pasado para tener nuevos éxitos en el futuro. Aprender a mirar lo positivo implica también practicar un lenguaje acorde con este pensamiento. Todos tenemos algo bueno de lo cual podemos sentirnos orgullosos; debemos apreciarlo y ponerlo en nuestras conversaciones.

2.  La práctica de asumir la responsabilidad al 100% 

Reconocer que somos los autores y protagonistas de nuestras decisiones y nuestras acciones, de realizar nuestros deseos, de elegir de nuestras relaciones, de cómo tratamos a los demás y a nosotros mismos. En definitiva, de nuestra felicidad.

3. La práctica de la autoafirmación

Respetar nuestros deseos y necesidades y buscar la manera de expresarlos. Tratarnos a nosotros mismos con dignidad en nuestras relaciones con los demás. Ser AUTÉNTICOS y defender nuestras convicciones, valores y sentimientos. Es comunicarnos asertivamente: aprender a decir "No, no sé", a  ser coherente con lo que pensamos.

4. La práctica de vivir con propósito

Significa identificar nuestras metas y llevar a cabo las acciones que nos permitan alcanzarlas y mantenernos firmes hasta llegar a ellas. Nuestras metas y propósitos son los que organizan y centran nuestras energías, y le dan significado y estructura a nuestra existencia: cuando no tengo propósitos, estoy a merced de mis propios impulsos o de las acciones incontrolables de los demás. Para vivir mi vida con propósitos conscientes tengo que hacerme responsable de mis propias metas, es decir, necesito un PLAN DE ACCIÓN y éste necesita de objetivos claros, disciplina, esfuerzo, orden, constancia y coraje para no desviarme del proyecto de vida o visión.

Por último, este proyecto de vida implica sentirse una oferta, ¿en qué medida soy valioso para mí y para mi entorno?, e imaginar lo que quieres y no sólo lo que temes.  

5. La práctica de la integridad personal

Implica tener principios de conducta a los que mantenernos fieles, ser congruentes con lo que pensamos, decimos y actuamos; respetar nuestros compromisos y mantener nuestras promesas. Cuando respondo a lo anterior, se produce en mi interior un resultado más importante que la aprobación de los demás. Es la aprobación de mí mismo y siento que soy una persona en quien se puede confiar (en mis capacidades y en mis opiniones). La autoestima no se centra en valores externos que cambian y pasan de moda. Necesitamos principios, lemas de vida que no cambien, universales, como la honestidad, libertad, congruencia, creatividad, gratitud, respeto.

6. La práctica de la compasión hacia uno mismo

  • Con COMPRENSIÓN: comprender a los demás y a mí mismo, sin juzgar.
  • Con ACEPTACIÓN: no œaprobar ni œdesaprobar  nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Aceptar que, con nuestras cualidades y defectos, somos, ante todo, personas importantes y valiosas.
  • Con PERDÓN: significa aceptar lo pasado como pasado, reafirmar el respeto a mí mismo en el presente y anticipar o diseñar un futuro mejor.

Sabemos que hemos trabajado bien la autoestima cuando escuchamos de nuestros clientes de coaching frases como "me siento bien conmigo mismo; siento que estoy al mando de mi vida; me siento más flexible, creativo e ingenioso; ahora sí disfruto con los desafíos que la vida me presenta; me siento con poder y ahora sé cómo hacer para que sucedan cosas que yo quiero".

En definitiva, la mejora de la autoestima es trabajar una de las ambiciones más profundas y poderosas de cualquier ser humano, la capacidad de amar y ser amado.

Comparte en:
Comentarios
Envia una respuesta

Los campos en rojo son obligatorios

¡Añade un comentario!

Los campos en rojo son obligatorios