Cómo prevenir el burnout, vencer el agotamiento laboral y el estrés
Cuando nos pasamos el año esperando las vacaciones para poder descansar, para poder hacer las cosas a nuestro propio ritmo y según nuestras necesidades, entonces podríamos estar viviendo desde una mentalidad del todo o nada: o bien estoy trabajabjando o bien estoy fuera de la oficina o de vacaciones; o me deslomo a tareas o me permito descansar.
Los estudios inidican, sin embargo, que sentir que las vacaciones son la única luz al final de un año de estrés y agotamiento afecta a la salud de las personas y a la productividad de las empresas, algo que aseguran haber sentido hasta un 77% de los trabajadores.
Las estrategias que desde los departamentos de gestión de personas y también las que podemos acometer de manera individual, suponen aprender a descansar y a desconecar todos los días del año. Hacerlo es wellness, es wellbeing y es prevenir el temido síndrome del empleado quemado.
¿Qué causa el burnout?
El burnout es el resultado de una combinación de factores laborales y personales. Entre las principales causas se encuentran la sobrecarga de trabajo, la falta de control sobre las tareas asignadas, expectativas laborales poco claras y el escaso reconocimiento por el trabajo realizado.
Además, la falta de apoyo en el lugar de trabajo y un desequilibrio entre la vida laboral y personal también contribuyen al desarrollo de esta condición. Según la American Psychological Association (APA), estas condiciones generan un estrés crónico que, sin la intervención adecuada, lleva al agotamiento emocional, el cinismo y la disminución de la eficacia profesional.
Síntomas de la fatiga laboral o burnout
Frustración y desencanto profesional: El trabajador pierde interés en su trabajo y siente que sus esfuerzos no son valorados o no tienen impacto. Esto puede llevar a una reducción de la capacidad para concentrarse y tomar decisiones, así como a un descenso en el rendimiento laboral.
Desgaste emocional: Una sensación de agotamiento profundo, donde la persona siente que no tiene más energía emocional para ofrecer, lo que puede derivar en estados de ánimo negativos, como la tristeza o la irritabilidad.
Culpa: En algunos casos, los trabajadores sienten culpa por no poder cumplir con sus propias expectativas o las de la organización, lo que puede agravar el desgaste emocional.
Cinismo: Una actitud de desconfianza o desprecio hacia el trabajo, los colegas o la organización, como una forma de protegerse del estrés emocional.
Indolencia: Una falta de interés o preocupación por el trabajo o por los clientes, lo que puede manifestarse en una reducción de la calidad del trabajo o en interacciones frías y distantes.
Indiferencia: Una desconexión emocional y actitudinal, donde el trabajador se siente ajeno a los resultados de su trabajo y no muestra motivación por mejorar la situación.
Este síndrome que tanto afecta al bienestar personal del trabajador y también tiene repercusiones negativas en la organización, requiere que las organizaciones tomen medidas para prevenir y abordarlo, proporcionando apoyo emocional, promoviendo un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal, y creando un ambiente laboral positivo.
Estrategias organizacionales para combatir el burnout
Las empresas pueden implementar estrategias en varios niveles para reducir el estrés laboral. Las intervenciones primarias incluyen la reducción de la carga de trabajo y el rediseño de roles para minimizar la causa del estrés.
Las intervenciones secundarias, como la formación en técnicas de relajación y mindfulness, ayudan a los empleados a manejar mejor el estrés cuando ya se han presentado síntomas. Finalmente, las intervenciones terciarias se enfocan en tratar a los empleados que ya han desarrollado problemas graves relacionados con el estrés, como ansiedad o depresión.
Crear un ambiente de trabajo que valore el bienestar mental y físico de los empleados es clave. Esto incluye no solo ofrecer recursos como programas de wellness, también fomentar una cultura que priorice el equilibrio entre la vida laboral y personal.
Al mismo tiempo los líderes han de proporcionar claridad en las expectativas laborales, reconocimiento adecuado y oportunidades para el desarrollo profesional. Estas estrategias no solo reducen el riesgo de burnout, sino que también aumentan la motivación, el compromiso y la retención de talento.
Estrategias de descanso activo y pautado
Además de estas intervenciones orquestadas por la organización, los estudios indican que el descanso es esencial para prevenir el burnout. No se trata solo de dormir lo suficiente, sino también de tomar pausas regulares durante el día laboral. Este tipo de descanso diurno permite que el sistema nervioso se recupere, lo que es fundamental para mantener un rendimiento óptimo y evitar el agotamiento emocional y mental.
1. Efectos psicológicos y emocionales de las pausas:
Según un estudio publicado en el Journal of Occupational Health Psychology las pausas regulares durante el trabajo, especialmente aquellas que permiten una desconexión mental completa del trabajo, pueden reducir significativamente los niveles de estrés y mejorar el estado de ánimo. Estas micro-pausas, como breves descansos de 5 a 10 minutos, han demostrado ser especialmente efectivas para mantener la atención y reducir la fatiga mental.
Una investigación en el Journal of Applied Psychology sugiere que las pausas activas, como caminar o realizar estiramientos, pueden mejorar el bienestar emocional y reducir los síntomas de depresión y ansiedad en el lugar de trabajo. Estos efectos se deben en parte al aumento de la circulación sanguínea y la liberación de endorfinas durante la actividad física.
2. Mejora en la capacidad de concentración y reducción de errores:
Según un estudio de la *American Psychological Association (APA)*, los empleados que toman descansos regulares para desconectarse del trabajo muestran una mayor capacidad de concentración y cometen menos errores en sus tareas. La práctica de tomar pausas breves pero frecuentes puede ayudar a prevenir la acumulación de fatiga mental, que es un precursor común del burnout.
Ejercicio para fijar pausas adecuadas y cuidar del bienestar
Desde Escuela Europea de Coaching, compartimos un ejemplo de los ejercicios que bien los departamentos de Recursos Humanos o bien los profesionales de manera individual pueden realizar para cuidar su bienestar:
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Evaluación de rutinas: Reflexiona durante unos minutos sobre tu jornada laboral típica. ¿Cuántas pausas tomas? ¿Son suficientes? ¿Te sientes renovado después de ellas?
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Planificación de pausas activas: Diseña un plan de pausas que incluya descansos breves cada 90 minutos. Estas pausas pueden incluir actividades como caminar, estiramientos o simplemente respirar profundamente lejos de tu escritorio.
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Desconexión total: Durante estas pausas, desconéctate por completo de las tareas laborales. Evita revisar correos o pensar en pendientes. Esta desconexión es clave para recargar tu energía mental.
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Registro de bienestar: Al final de cada día, registra cómo te sentiste antes y después de cada pausa. ¿Notaste una mejora en tu concentración o estado de ánimo? Este seguimiento te ayudará a ajustar y optimizar tus descansos.
Implementar estas estrategias en el contexto laboral fortalece el bienestar personal y contribuye a crear un ambiente de trabajo más saludable y productivo, donde la prevención del burnout es una prioridad compartida por todos.
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